Hacia una elección de Estado
Luis Ángel García viernes 12, Mar 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Las estructuras de poder ponen en marcha una estrategia para evitar la derrota en las próximas elecciones que le pueda arrebatar el control del Congreso. Aunque la mayoría de las encuestas mantienen las preferencias electorales a favor de Morena, el humor social expresa un desencanto que puede castigar el proyecto político del gobierno.
A pesar de la aplicación del plan nacional de vacunación con propósitos electorales y la dispersión de miles de millones de pesos en programas clientelares que hacen de la política social una máquina de votos, el régimen no se confía y por eso prepara ya una elección de Estado.
Hasta hace unos meses, la popularidad presidencial permitió al mandatario gobernar casi por decreto y justificar el control cameral que ejerció para aprobar presupuestos e iniciativas enviadas al Legislativo. El poder omnímodo penetró en su partido, el cual perdió su independencia y como ocurriera con su génesis, el PRI, se convirtió en una agencia de colocaciones y oficialía de partes, donde se reciben las instrucciones del tlatoani. Por eso, a pesar de la disciplina institucional de su dirigencia, las luchas internas de las tribus han hecho que el Presidente vea con preocupación el papel que jugará Morena en los comicios del 6 de junio, luego de la rebelión por la imposición de candidatos, tras la farsa de las supuestas encuestas.
La pandemia tampoco le vino, del todo, como anillo al dedo, ya que las crisis económica y sanitaria que padecemos encrespó el humor social. Tenemos la peor recesión desde 1931 y con ella llegó el desempleo y el cierre de negocios. La torpeza con que se manejó el coronavirus y la muerte de 200 mil mexicanos tampoco abona a la popularidad, no del Presidente, sino de un gobierno inepto y soberbio, por lo cual puede recibir el voto de castigo. La vacuna, utilizada con fines electorales, que se aplica a grupos simpatizantes, sin criterios científicos, inició mal con la entrega tardía y a cuentagotas del biológico y sin una logística de distribución o aplicación, lo que se traduce en pocos mexicanos inoculados tres millones y medio, pero eso sí agradecidos con el gobierno.
En previsión, se ha puesto en marcha una operación electoral que blinde el triunfo de un proyecto político garante del control en el Congreso para contar con una legislatura a modo. La estrategia incluye el reforzamiento de las mañaneras como distractor de los verdaderos problemas nacionales, descalificar a los personajes opositores, justificar los yerros de la administración y responsabilizar de todo al pasado.
Además, cuenta con dos brazos castigadores, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y las estructuras de justicia, desde amedrentados y alineados jueces hasta sumisos magistrados electorales y obedientes ministros de la Corte.
Mientras la UIF inicia una cacería de brujas, el fiscal que amenaza, como espada de Damocles, en coinvertir la evasión en delito de asociación delictuosa, lavado de dinero o del crimen organizado, fiscales inician una persecución política sobre ex gobernadores, mandatarios estatales, ex funcionarios federales, ex legisladores, candidatos opositores y todo aquel personaje público que amenace el triunfo de Morena en los comicios. El cronómetro electoral está en marcha y con él, la estrategia para desacreditar y amenazar a los insubordinados; son distractores que permiten evadir la terca realidad, ocultar las fallas de la administración y encubrir a los impresentables del régimen. Una elección de Estado es la única opción que tienen para no descarrilar un proyecto de gobierno que nos arrastra a los tiempos del fatídico populismo del México de los setenta.
Sólo por no dejar: Vale la pena recordar una frase emblemática de la estadista alemana Angela Merkel: “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano; por eso se hacen elegir, para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.